...(un trabajo para antropología cultural)...
Como siempre las manecillas avanzan más rápido que mi tiempo. Salgo con poco sol, camino a metro Macul, línea 4, saco boleto, meto boleto, paso torniquete, vuelo con saltos sobre escalera y línea amarilla detiene mi paso veloz.
Estos vagones no van tan llenos. Vicuña Mackenna suma gente, Vicente Valdés, el caos en estaciones, usuarios nuevos en el metro, combinación a línea 5, todos corren, bajan escalera, personas de variados tipos, clase media, baja.
Caminamos lento, a paso de pingüinos, amontonados, todos tratando de ganarle al tiempo.
Bolsos, carteras, mochilas resguardados, molestan, en el suelo. Algunos, los que van cómodos conversan, escuchan música, pocos van con lentes para tapar sol, ojeras.
La ropa es opaca, colores oscuros. Formal, e informal. Casi todos pequeños, promedio de altura. Lo único que se puede mirar, carteles del vagón, los leo una y otra vez, no se miran a los ojos, a la defensiva, hostiles. No puedo entretenerme con mi ocio de comparar zapatos y analizar y clasificar a la gente por eso.
Olores surgen de todos lados, olores no agradables, estación Carlos Valdovinos, Zanjón de la Aguada, deshechos. El perfume de algunos salva el momento.
Después de la estación Irarrazabal se desocupa un poco el vagón, liceanos suben al tren. Busco la hora en relojes ajenos, de brazos afirmados en los pasamanos, faltan 5 minutos, Santa Isabel pasa, ahora Parque Bustamante me alisto para bajar en la próxima. Combinación bajan muchos, Baquedano, escaleras, correr, ya es la hora, (¡maldito tiempo!). Una estación más, línea 1.
Maratón, universitaria, subo, salgo. Diarios, gratis con poca información y mucha comercialización, todos a sus destinos. (De nuevo perdí, tarde otra vez, hay que hacerle caso al Zamorano y levantarse antes). Pero ¿qué más temprano?
Caminar, trotar, saltar, cruzar y por último…¡¡respirar!!